¡Dios salve a la Reina!

¡Dios salve a la Reina!

by | Mar 31, 2021 | Relatos | 3 comments

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¡Dios salve a la Reina! Realmente el throwback es la corona que tengo puesta en mi cabeza: una auténtica reliquia que guarda mi mamá en nuestra casa de Acarigua. Siempre ha estado allí, en la vitrina, sobre un cojín, detrás del vidrio; como la verdadera prueba de mi reinado.

Esa preciosidad de gema es del año en el que fui coronada reina de la urbanización Negro Primero y de Fe y Alegría; mi escuela a la que apenas comenzaba a asistir. Cursaba el pre-escolar. De aquellos años tengo unos cuantos recuerdos y una testigo: mi querida profe Haydee con quien aún hoy, cuatro décadas después, mantengo comunicación.

Jorgita I

No sé cómo llegué a ser la reina; supongo que cuando mi mamá, las maestras y las vecinas se pusieron de acuerdo para celebrar el carnaval, les hizo falta una «soberana» de cetro y corona que resulté ser yo — fácil de llevar, vestir y peinar — con mis siete años y una sonrisa sin dientes.

Jorgita I

Fue un espectáculo bellísimo. Bien me habría encantado producirlo, pero en aquel entonces no tenía idea de qué era eso de «Producir». Sin embargo, como lo que se hereda no se hurta, mi mami, que siempre ha sido fantástica para montar los más lucidos eventos familiares y escolares. No se le escapa el más mínimo detalle, se botó con un desfile increíble, digno del carnaval de Río. Y fue así que en las calles de Acarigua, mi ciudad natal, el carnaval de ese año tuvo carrozas, papelillos, serpentinas, corneteo, música y un montón de vehículos en caravana, sonando las cornetas al ritmo de calipso. Allí en medio de toda esa fiesta iba la soberana: mínima, pequeñita, de bolsillo, saludando a la gente y lanzando caramelos.

Lo cierto es que el rol me lo tomé en serio y desde entonces hasta hoy, sigo llevando la corona que me hace reinar por siempre en mi propio mundo, ese que me creé durante todos estos años y que tanto me gusta, al que pertenezco, en el que me rodeo de las personas — que no súbditos, ojo — que me quieren bien, me tratan como merezco y a quienes trato como desean ser tratados: bien bonito.

fui coronada reina

Así que, para aquellos que se preguntaban el porqué de mis ínfulas de reina, aquí tienen la respuesta.

PD: en el recorrido la caravana real fue atacada por unos forajidos que lanzaron bombas llenas de agua y empaparon de pies a cabeza su majestad «Jorgita I» ; y la hicieron llorar como a una niña.

 

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3 Comments

  1. Crisaida

    Tenia tiempo que no recordaba ese episodio de nuestras vidas. Hoy lo revivi. Recuerdo que yo era tu ada madrina toda vestida de azul celeste. Y un gorro de cono gigante que me hacia ir de lado. Por ahi existen aún fotos que son prueba feaciente de ello. Que hermosa niñez nos dieron nuestros padres. Siempre tan princesas, siempre tan mágicas, siempre tan importantes en este mundo. Gracias a ellos tenemos eso que se llamanel Autoestima bien alto. Un abrazo.

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    • Jorgita

      Manita qué bello tu comentario. Gracias por esos recuerdos. Te amo

      Reply
      • Jorgita Rodriguez

        Te amo, hermana

        Reply

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