La memoria en el actor es una piedra angular para la eficiencia de su labor histriónica, es mediante ella que podemos no solo recordar el texto o las indicaciones del director, sino también traer desde nuestra historia consciente e inconsciente, un cúmulo infinito de material a la mente, para enriquecer nuestro personaje. Esa memoria se puede entrenar para desarrollarla, todavía más, en cuanto a la capacidad que posee.
Nuestros recuerdos son la piedra angular de nuestra vida, como individuos, confiamos constantemente en nuestra memoria.
Con el paso del tiempo podría aminorar en su capacidad y podría ser cada vez más difícil recordar eventos, nombres o detalles importantes de nuestra vida, pero esto es algo que podemos suavizar y en mucho, o sencillamente no permitir que suceda.
Desde temprana edad es provechoso mantener y darle entrenamiento a la memoria y no esperar a hacerlo cuando se siente que decrece por el paso del tiempo. Para ello existen muchos programas y ejercicios. La actuación es una gran herramienta.
Existen tipos de memoria, como pueden ser: memoria a corto plazo, memoria de trabajo o memoria a largo plazo.
Tu memoria de trabajo se puede definir como la capacidad de retener la información almacenada en la memoria a corto plazo y procesarla junto a la nueva información que va entrando.
La memoria a largo plazo puede ser definida como la habilidad de almacenar y recuperar la información durante largos períodos de tiempo, como semanas, meses y años.
Existen entrenamientos especialmente diseñados para ejercitar los diferentes tipos de memoria. El entrenamiento es una ayuda genial para todo aquel que quiera mantenerla lo más oxigenada posible. A través del entrenamiento disciplinado, sumamos nuevos conocimientos a nuestro perfil cognitivo.
El trabajo actoral se convierte en sí mismo, en una herramienta eficiente para desarrollar nuestra memoria. El hecho que dentro de este oficio exista la tarea obligada de memorizar textos, movimientos, indicaciones sobre las intenciones, etc., nos lleva a valorar mucho más las bondades de esta noble profesión.
No hay momento más incómodo, por decir lo mínimo, que cuando a uno se le olvida un texto en escena, sobre todo si es «el pie» de texto para alguien más.
Si ese evento surge estando en una función, nuestra capacidad de improvisación o la de los compañeros debe emerger para salvar la escena. Un actor atento a lo que ocurre en escena podrá salvarla con coherencia.
A cualquiera le puede ocurrir, por ello debemos estar concentrados en nuestro trabajo, de esa manera reaccionaremos con esa solución de manera coherente.
La memoria colectiva es un gran archivo que es construido sobre los recuerdos que todos y cada uno tenemos de nuestra infancia, de nuestras vivencias reales u oníricas, de nuestra familia y de nuestro entorno en el sentido más amplio del término.
Una memoria que es selectiva y que se nutre esencialmente de las emociones que, en última instancia, sirven para crear nuestra identidad o identidades de acuerdo con nuestras fases existenciales. Es un gran archivo de conocimientos para el actor.
Memorización en la preparación de una escena u obra teatral.
Hay dos etapas en la conformación de la memorización de un texto:
1- Cuando aprendemos el texto teatral en casa
Para ello necesitamos un espacio tranquilizador, y prepararnos con un poco de relajación para que memoricemos el texto lo más fluido posible.
Algunos actores por «costumbre» memorizan su libreto mientras viajan a su trabajo, de actividad en actividad, etc. Es importante tomarnos un tiempo para la memorización en un lugar tranquilo, con el estrés de las situaciones diarias no será fácil.
2- Cuando aprendemos el texto en el teatro
Para este caso los directores tienen distintas formas de hacer memorizar un texto al actor durante los ensayos.
Algunos directores realizan estos ejercicios que a continuación describo, no sin antes realizar algunos otros de relajación y concentración.
– Lectura
Los directores reúnen a los actores y en los primeros ensayos se lee en una «rueda de lectura» o “trabajo de mesa”, el texto en forma completa.
Durante la lectura el director va realizando las acotaciones correspondientes con respecto a la forma de decir el texto y también acotaciones de acción en escena, pero sin que los actores se muevan de sus sillas.
Luego libera a la responsabilidad del actor el aprendizaje del texto, incluso exigiendo en forma determinante cuando no cumple el actor con esa responsabilidad.
– Por puesta en escena
Primero se trabaja el texto con la acción, después la lectura del texto solo. Para algunos actores les es más fácil memorizar el texto, asociándolos con los movimientos en escena.
Aparte de que para muchos actores es bastante efectiva esta técnica, también suelen utilizarla los directores que no dejan absolutamente nada liberado al azar. Estos directores son muy precisos a la hora de los lugares en que debe estar y accionar el actor en escena, mientras dice sus textos.
La acción se puede dividir en bloques y una vez conformada en el primer intento, la repite dos o tres veces seguidas. Luego pasa al siguiente bloque y así sucesivamente.
Al terminar el guion o libreto completo, el actor ya tiene su concepto establecido de texto relacionado con la acción escénica. Luego en su casa reforzará releyendo y en su memoria estará, de forma coherente el movimiento que acompaña cada texto, según sea el caso. La acción acompaña a la palabra.
“Casa de muñecas” de Henrik Ibsen, dirigida por Johnny Gavlovski. En escena con Olga Henríquez e Indira Leal
– Por juego teatral
Para este caso, son los directores liberados del texto los que utilizan este sistema, No obstante, también sirve para los que deben acatar el texto con todos sus puntos y comas.
Se requiere para este sistema, un director muy avezado, con una gran imaginación y creatividad. Y es la forma que sugerimos para aprender la letra. Es la que utilizan los grandes directores de la escena como Peter Brook.
Previo al primer ensayo, el director deberá analizar la obra para convertirla en un juego teatral donde llevará a través del juego, a que los actores terminen improvisando la letra que no diferirá mucho del texto original.
En algunos casos el director sugiere que los actores lean una sola vez el texto, en otros casos, prohíben la lectura del mismo hasta terminado por completo los juegos de memorización.
Los actores independientes se sienten más seguros con este tipo de aprendizaje.
Además, con el juego teatral el actor comprende mucho mejor el personaje que esta interpretando. Muchas veces para aprender y comprender el texto de lo que se esta haciendo el director, dentro del juego, repasa como revisionismo, el realizar la escena de lo que un texto cuenta.
Los actores que trabajan con este sistema reconocen lo maravilloso del aprendizaje, porque cuando terminan con el juego teatral ven que el texto original no difiere mucho de lo que aprendieron en el juego de improvisación.
Factores para ayudar a desarrollar la memoria
Lo que nunca hay que hacer es auto estimular la memoria con fármacos, sino ejercitarla. Estudiar, realizar actividades intelectuales, leer, ver una buena película, jugar juegos de ingenio. Existen personas que tienen más memoria que otras, y esto es normal, así que no valen las comparaciones para comenzar a preocuparse.
Consultados algunos actores dijeron que, en algunos casos, antes de hacer teatro, jamás habían leído un libro y tenían serios problemas de memorización, luego se encontraron con la obligada memorización completa de muchos libretos, no sólo con los textos de su personaje sino también con parte de algunos textos de otros tantos.
Evidentemente, así como el fisiculturista ejercita permanentemente sus músculos, la lectura es el mejor ejercicio para la memoria, la lectura con atención, en un ambiente acorde para que pueda retenerse sin ningún tipo de elementos que distraigan. A mi parecer, deduzco y casi confirmo que uno de los factores en que el actor experimentado no puede memorizar un texto después de tanto tiempo, es porque el estrés lo ha invadido.
La concentración es lo mejor para memorizar
Los especialistas en gimnasia para la memoria dicen que muchas veces se culpa injustamente a la misma memoria de algunas fallas, cuando el responsable es quien actúa en piloto automático.
Ante la carencia de métodos universales se aplica la fuerza bruta.
¿Cómo recordamos en piloto automático?
5% de lo que se escucha,
15% de lo que se ve
90% de lo que se hace.
Por lo tanto, se recomienda convertir la percepción en acto consciente. La clave es saber guardar, es decir, archivar la información para que sea más fácil recuperarla cuando se la necesite.
No confundir acción de lo que se hace con la llamada memoria emotiva
Con esta apreciación de los especialistas se confirma el dicho que el mejor sistema de aprendizaje de un texto es a través de un acto realizado en juegos teatrales y quizá por rebote, cuando un director marca la puesta en escena junto al texto.
Ambos casos son vivencias que realiza el personaje en los juegos y que ayudan a la memoria del actor. No tiene nada que ver la memoria emotiva del actor que se la presta al personaje (para los que usen esa técnica), en este último caso, la realidad y la ficción terminan minando la memoria y confundiéndola
Proceso de atención
Las personas que tienen dificultades para concentrarse o son hiperactivas suelen tener problemas de memoria. Quienes hacen muchas cosas a la vez, se cargan de actividades y se generan estrés, olvidándose de ciertas cosas puntuales.
En muchas ocasiones dentro del teatro, un actor o un director asumen diversas responsabilidades o ensayos simultáneos de distintas obras, y no un trabajo específico de su función real. Esta carga genera tensiones y hace que se olviden, algunos que otros detalles del trabajo, que pueden ser importantes.
También hay quienes no tienen buena percepción y aun así, no prestan suficiente atención en el momento en que realizan un ensayo, después, les resulta imposible recordarlo. Seguimos observando que el estado de consciencia es fundamental.
Para combatir este aspecto de ¿cómo olvidamos? y ¿por qué necesitamos olvidar? La clave es interesarse.
El interés es el motivo de la acción
Cuando un actor atraviesa un momento de preocupación, de ansiedad, la memoria inmediata falla, pero es un proceso reversible.
El 90% de lo que se hace, se convierte en percepción de memoria inmediata, aun no estando concentrados. Por esa razón, en la vida real muchas personas para memorizar algo en forma mecánica, lo relacionan con alguna acción. Asociación.
Inconscientemente muchos actores relacionan sus textos con un movimiento escénico, en este sentido, recuerdan decir una palabra justo en el momento que deben levantar un brazo o sentarse.
Por ejemplo: Siempre es mas fácil recordar las acciones que las palabras y a través de las acciones se llega a la memoria de la palabra. Pero si en un momento determinado, el director cambia la escena moviendo al actor de otra forma, existen muchas probabilidades de que el actor no recuerde más la letra, porque la memoria estaba en piloto automático, relacionada a determinados tipos de movimientos.
Por eso se puede utilizar esta técnica al principio de los ensayos, pero luego el actor debe pasar a la etapa en que, retenida la memoria por la acción, debe pasar la acción externa al sentimiento interior.
Alimentación es igual a memoria
Tomando siempre en cuenta que el instrumento de trabajo del actor es nuestro cuerpo, bueno es saber que el mejor fármaco para la memoria son los nutrientes que nos da la alimentación. Comer bien es uno de los consejos que dan los especialistas.
El ayuno durante el día es muy contraproducente, el doctor argentino Ángel Bernardo Golimstock, especialista en trastornos de memoria y conducta sentencia:
“Las dietas pueden ser malas para tener buena memoria”
Los hidratos de carbono dan energía al cerebro, explica el neurólogo, y si no se ingieren durante el día, se generan inconvenientes.
Almorzar una manzana o un yogurt no es suficiente, insiste el médico.
Una alimentación balanceada es lo ideal en todos los contextos.
También la falta de vitamina B12, la falta de proteínas y ácido fólico inciden en la falta de memoria.
Cada quien conoce su organismo y en mi caso personal, profeso aquello de que con la panza llena se aprende mejor un texto. A mí particularmente me sucede de esa manera y siempre lo he comentado. Sobre esto, algunos amigos colegas bromean conmigo. Ya sea que actúe o dirija, no puedo iniciar una función o un ensayo si un tiempo antes no he comido algo.
Sobre la edad
Los actores de avanzada edad comienzan a mostrar deterioros de memoria al final de sus vidas, en el resto del tiempo, salvo excepciones, tienen una gran capacidad porque vivieron siempre ejercitando el cerebro.
A las personas que no son actores, mayores de 65 años y que no se ejercitaron de otra manera, la falta de memoria las aqueja con frecuencia.
Aunque sea esperable, los especialistas recomiendan en todos los casos, consultar para descartar patologías que necesitan tratamiento. De todas maneras, cuando suele haber una clara alteración de la memoria episódica, que se da por olvidar los nombres, lugares, hechos y situaciones, sobre todo recientes, hay que prender una luz de alarma.
Cuando aparecen trastornos de la memoria, no importa la edad que se tenga, siempre conviene consultar a un neurólogo.
En la segunda parte te daré algunas recomendaciones para mantener la buena memoria.
Extracto de mi libro “La actuación, su sentido místico”
Actor • Director • Docente Teatral • Escritor de los libros “Más a Allá del cuerpo”, “Actuación, su sentido místico” y “El Mejor Regalo” (disponibles en Amazon.com).
Si quieres leer más artículos del autor, visítalo: sebastianfalco.com.
0 Comments