Virgen del Valle

La Virgen hizo el milagro

by | Jul 18, 2021 | Anecdotario, Inspiración | 4 comments

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Cuando estudiaba segundo grado en el colegio Santo Ángel de la Guarda de Acarigua, llegó a mis manos la historia de un marinero quien, por castigo y para que muriera ahogado, fue lanzado al mar atado a unas cadenas. Este, lejos de hundirse se mantuvo a flote. Sus verdugos al no poder creer lo que veían, lo subieron de nuevo al barco y notaron que el hombre tenía colgado, en su cuello, un cordón con una imagen: era un escapulario con la imagen de una virgen. El suceso fue considerado un milagro y se lo atribuyeron al amuleto.

La historia me impresionó. Yo era una niña de ocho años, así que pensar que a un hombre sentenciado a morir, la sola imagen que guardaba escondida lo hubiera salvado, me resultaba increíble.

Al llegar a casa le conté de esto a mi mamá y me dijo que se trataba de uno de los milagros de la Virgen del Carmen, a quien ella, desde hacía varios años le profesaba devoción. Me enseñó su escapulario que llevaba en el pecho y me comentó que esa Virgencita era la patrona de los marineros y los navegantes del mar. También conocida como «Estrella de los Mares», tenía la misión de servir de guía para que la humanidad pudiera continuar siempre en el camino de Cristo y «no zozobrar en medio de la tormenta que alza inmensas y peligrosas olas». Luego en la noche, antes de dormir, me enseñó a rezar la oración que se le dedica en momentos de peligro, de miedo o de asomo de las «olas que se alzan». Desde ese instante comencé a repetirla cada día de mi vida.

Pasó un tiempo; yo estaba por graduarme de la escuela primaria. En esa época nuestra familia vivía una crítica situación económica y sucedió algo terrible: papi extravió doscientos bolívares; los únicos doscientos bolívares con los que contaba para cubrir el pago de las comidas y gastos de todo el mes. Les escuchaba discutir, preocupados, angustiadísimos buscando en todos los lugares posibles el dinero perdido: en el piso del carro, en la acera, debajo de la mesa, en la billetera, detrás de los asientos, en el patio. Vaciaron los bolsillos del pantalón que papi tenía puesto… No había rastros de nada.

Con mis once años recién cumplidos, inocencia a flor de piel, una sorprendente fe, la oración que me había enseñado mi mamita y considerando que esta situación era, tal vez, una gran ola que ahogaría a mis padres si yo no hacía nada, comencé a orar una y otra vez; a pedirle a la Virgen del Carmen que ayudara a mis padres en ese trance.

 

La Virgen del Carmen

 

Y entonces sucedió: en una de las líneas del rezo, por obra de ella y de Dios, del bolsillo que papi había volteado antes tantas veces saltaron los doscientos bolívares.
Mis papás se abrazaron y yo pensé: «La Virgen del Carmen nos salvó».
Ese día fui testigo de un milagro. Aprendí cómo se crea, cómo sucede ante nuestros ojos, cómo podemos llegar a ser parte con nuestro libre albedrío. Recuerdo que cuando comencé a orar tuve la certeza de que ya todo estaba dado. Carmencita fue el camino.

Hoy, al llamar a mi mamá por teléfono para saludarla por la celebración del día de la Santísima Virgen del Carmen, le conté acerca de este recuerdo que ella ni siquiera tenía consciente. Solo me dijo: «Aquí está guardado tu escapulario para cuando regreses. Ya está bendecido». Gracias mamita, por invitarme a tu devoción.

 

Aumaco Virgen del Carmen

 

Quiero compartir la oración. El milagro vive en cada uno de nosotros.
«Jesucristo hijo de la Virgen del Carmen. Virgen Purísima que diste a luz al Salvador del Mundo. Ruega por mí a Dios, nuestro Señor. Hermosa azucena, más bella que el sol y todas las maravillas juntas.
Corona de los Ángeles, de los mártires y serafines; ayúdame, cuídame, socórreme, fortaléceme. Templo de Gracia y Bondad, fuente y Sagrario de la Santísima Trinidad, ruega para que sea salvada en esta y en la otra vida».
Amén.

 

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4 Comments

  1. Yvette

    Hermosa historia de devoción y fe!! Gracias por compartir.😍

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    • Jorgita Rodriguez

      Gracias Yvette. Cuando somos niños tenemos la pureza para lograr ver lo invisible. Un abrazo

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  2. Xiomara Pérez Arroyo

    Hermosa historia y muy bien contada por un ser especial que tiene el don de la palabra. Felicitaciones Jorgita.💞

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    • Jorgita Rodriguez

      Esas historias que se nos quedan de niños y que son tan valiosas. El prisma después de vernos como adultos, llenos de anécdotas y pasajes de vida. Un abrazo y gracias por siempre leerme

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