LOS TAXISTAS TAMBIÉN TIENEN SU CORAZONCITO, una preciosidad de texto escrito por el maestro Néstor Caballero, llegó a mis manos hace unos años. Allí se narraba la historia de Rubén Sarmiento, un taxista que contaba su vida y su pasión por las películas en la Caracas del cine Rialto, de los acontecimientos políticos que cambiaron a la Venezuela de los 40 con el golpe de Estado a Isaías Medina Angarita y la posterior dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez y su querido taxi «Pepón». Se plasmaba también allí la historia de amor entre este taxista, hombre del común sin más estudios que los golpes de la vida, y una mujer integrante de un partido político, María Milagros, universitaria para quien la ideología y la militancia estaban por encima del amor.
Cuando leí el libreto, el nombre del actor que lo interpretaría apareció de inmediato: don CAYITO APONTE, el señor de la Comedia. Lo contacté para ofrecérsela y él aceptó.
EL DEBUT DE CAYITO
Me resultaba increíble pensar que después de casi sesenta años de carrera artística y con el prestigio del impecable trazo de su oficio, don Rafael José Aponte, Cayito, debutaba conmigo al interpretar en solitario una de las piezas más importantes de la dramaturgia nacional. Era su primer monólogo y yo lo Producía.
Nadie pudo haber interpretado al modesto taxista de la manera única que lo interpretó Cayito. Con envidiable vigor, brindaba en cada función una magistral clase de actuación al dar vida a este particular personaje oriundo de Aragua de Barcelona. Su talento desbordado hizo estremecer a los espectadores en este montaje teatral dirigido por Vladimir Vera y en el que se logró, a partir de un texto sublime, la fina combinación de poesía, pinceladas de humor, belleza, sentimiento y emociones. Sumaba éxito a su ya entonces respetable trayectoria y me honraba con su presencia, respeto y confianza.
MI AMADO CAYITO
Desde entonces él fue, sencillamente, «Cayito de mi corazón». El proyecto teatral en el que compartíamos aplausos y la emoción de cada función realizada, nos llevó directo a una historia de amor y cariño; a la cercanía con su vida personal, a ser uno de sus afectos, compartir con su familia, con su amada Coromoto, a visitar yo su hogar y él visitar el mío, a bailar juntos, disfrutar de sus comidas, de la cena post navideña en su casa, de viajes. Él se convirtió en un amor imprescindible para mí, un padre, un amigo, un hombro sobre el que lloré algunas veces.
Mi inolvidable Cayito; el señor de la comedia, inolvidable para quienes te conocimos, inolvidable para este país de olvidadizos que te debe un eterno agradecimiento por haberlo honrado con tu presencia y tu arte. Llenaste de alegría el corazón de millones de venezolanos con esa contentura tan tuya, con tu humor elegante, tu comedia de altura y tu don de gente.
Yo siempre agradeceré el honor de tu talento y sobre todo el de tu amor.
Productora teatral • Escritora • Locutora
Sin duda debe haber sido una extraordinaria experiencia trabajar con este venezolano tan especial, admirado y querido…
Así es, hermana. Un ser humano extraordinario, noble y generoso. Eterno Cayito.
Gracias hermana, Cayito ha sido un extraordinario regalo del amor y de la vida